Seguramente muchos sepan que allá por finales del siglo XIX entró en funcionamiento la prolongación del tren que llevaba desde Valencia hasta Carcaixent, de allí hasta Gandía y, en última instancia, completaba el trayecto de la capital de la Comunitat con Dénia, en La Marina Alta.
Lamentablemente y como tantas otras cosas útiles, estas vías dejaron de utilizarse, al menos en lo que respecta al último tramo de su recorrido, en el año 1974. Y desde entonces permanecen así.
Durante las décadas pasadas, los vecinos de Dénia han solicitado insistentemente para que regrese el tren que les permita llegar hasta Valencia, atendiendo a los muchos ciudadanos que tienen que desplazarse hasta aquella ciudad para realizar trámites, trabajar, visitar parientes, etc.
Pero, por curioso que parezca, la falta de respuesta ante estos reclamos no se encuentra relacionada con la ausencia de fondos suficientes como para atender a las necesidades de los diansenses. No.
En los últimos tiempos, las mismas autoridades políticas que prometen escuchar a sus votantes, han desperdiciado enormes cantidades de dinero brindando algunas soluciones que realmente nadie pedía, como el tren turístico que va desde Dénia a Alicante, demorando tres horas entre su punto de partida y de llegada. Una cosa insólita teniendo en cuenta que, en coche, se tarda apenas una hora.
En efecto, mientras los dianenses se unen para pedir el regreso del tren a Valencia, la Generalitat les contesta derivando la exorbitante suma de 130 millones de euros para modernizar el tren a Alicante.
En simultáneo, Presupuestos Generales del Estado contempla, para este recién iniciado 2021, una inversión de apenas 59.000 euros para la infraestructura que combina con Valencia, cuando a ésta únicamente habría que añadirle el tramo entre la capital de La Marina Alta y Gandía.
Por si no queda lo suficientemente claro: mientras desde Dénia se pide por un tren a Valencia desde hace años, el Gobierno ofrece un tren a Alicante por 130 millones de euros, incluso cuando se trata de una línea habilitada, y la menos utilizada del TRAM. Difícil de comprender.
De más está decir que esta decisión de la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad ha caído como un verdadero baldazo de agua fría entre los municipios de las comarcas de la Safor y la Marina Alta, cuyos alcaldes califican la cifra de 59.000 euros destinada como “irrisoria y escasa”. Indudablemente, poco se puede hacer hoy en día con esos números.
Asimismo, el estudio informativo del Tren de la Costa del Ministerio de Fomento, disponible en la web , indica unos tiempos que poco se ajustan a la realidad: la unión con Oliva y su estación estaba prevista para 2017; y la prolongación hasta Dénia debía llegar en 2020. Ya vamos tarde.
