Cuando se cuente la historia de Dénia y sus vecinos durante la pandemia por coronavirus, habrá que desmenuzarla en todos y cada uno de los increíbles relatos que este tiempo histórico está dejando. Sin dudas, uno de los más curiosos es el que tiene como protagonista a Erick Montilla.
Montilla es cirujano en el Hospital de Dénia y ha pasado dos meses confinado en el sótano de su casa antes de poder volver al trabajo. Pero él mismo puede comentarnos mejor cómo han sido los hechos, y por eso lo hemos entrevistado para conocer los detalles de su vivencia tan excepcional.
Erick fue uno de los primeros diagnósticos positivos de Covid-19 en la Marina Alta
En primer lugar hay que decir que Erick fue uno de los primeros diagnósticos positivos de Covid-19 en la Marina Alta. “El 14 de marzo tuve una guardia, y ese mismo viernes empezaron a llegar los primeros casos al hospital. El día siguiente había comenzado yo a tener algo de síntomas”, explica, agregando que, probablemente, ya había entrado en contacto con el virus días antes, sin saberlo.
“A los tres, cuatro días me hicieron la prueba, y resulté positivo”, nos manifiesta Montilla, aclarando que, entre sus síntomas, “al principio tuve un poco de fiebre”, aunque “no fue muy alta”.
Tras el estudio, y como le ocurriera a otros tantos españoles en estas semanas, se le recomendó que permaneciera en su casa por su relativo buen estado general, y para no ocupar una cama en la UCI.
“Yo decido aislarme en una habitación”, nos dice Erick. Pero lo que para algunos afortunados no fue más que un encierro pasajero, de menos de un mes, a él le costó 47 días separado de su familia. “Con ayuda de mi mujer, que en todo momento estuvo conmigo pero, sí, aislado”, resume.
le costó 47 días separado de su familia
“A los pocos días me quedé asintomático y estaba realmente bien. Fue más o menos cuando tenía un mes que volví a tener una serie de síntomas diferentes. Digestivos, mucho dolor, fue como una segunda etapa, pero siempre síntomas leves”. Así desarrolla el cirujano su experiencia con el virus.
Por supuesto, más allá del trance de atravesar esta problemática, Montilla debió superar también los retos psicológicos de semejante situación. “Fue lo que más me costó llevar. Fue duro estar tanto tiempo aislado, y cursando una enfermedad de la cual se desconocen muchas cosas” y que, al contrario de lo que se creía en un principio, también estaba afectando a “personas jóvenes”.
Fue duro estar tanto tiempo aislado, y cursando una enfermedad de la cual se desconocen muchas cosas”
¿Y cómo se entretiene alguien que pasa 47 días encerrado? ¿Permite el ánimo tener momentos de distracción? “Al principio me sentía bastante normal. Leía en el ordenador, estudié un poco… pero en la medida en que pasaba el tiempo y tenía el test positivo -fueron hasta 4 tests positivos- mentalmente me derrumbaba mucho. Me costaba tener algún otro tipo de actividad”, se sincera.
Para Erick, resultó fundamental el apoyo de su mujer, de su hija, y también de su hermano, que constantemente se comunicaba con él para mantenerle entretenido y distraer su cabeza un poco.
resultó fundamental el apoyo de su mujer, de su hija
Su historia es una de las tantas que demuestra que el coronavirus no es broma, que puede contagiar a cualquiera, y tumbar durante semanas enteras a una persona joven y aparentemente sana.
Un pequeño recordatorio de lo cuidadosos que debemos ser de aquí en adelante.
