Ser profesor en tiempos de coronavirus. El testimonio de José Manuel Taverner
Cuando en algunos años, incluso décadas, se cuente la historia acerca de cómo España y Dénia han atravesado el coronavirus, veremos rápidamente que no es igual el relato que puede hacer un enfermero, el director de una residencia de la tercera edad o un profesor de colegio.
Afortunadamente, en este medio nos las hemos arreglado para consultar a cada una de las diversas fuentes citadas, y tras pasar en limpio nuestras charlas con integrantes de los sistemas sanitarios y de contención a los adultos mayores, hoy es momento de detenernos en la educación inicial.
Para ello, hemos realizado una entrevista a José Manuel Taverner, profesor del colegio Carmelitas, quien nos cuenta no sólo cómo se las ingenia para intentar volcar sus conocimientos a los niños durante estos días tan excepcionales, sino también cuáles son sus sensaciones más personales.
Tenemos la suite de Google for Education, y estamos metidos con Drive, Gmail, y eso nos facilitó mucho las cosas”
“Ha sido un golpe bastante duro, ya desde el principio, porque si lo piensas bien, digitalizar todo un colegio, y hacer desde la casa este teletrabajo, puede que lleve años. Pero lo hemos tenido que hacer de un día para el otro”, explica Taverner en el inicio del contacto.
Por supuesto, uno de los primeros desafíos que se afrontaban con la expansión del coronavirus era cómo resolver la comunicación con padres y alumnos. Sin embargo, en el colegio Carmelitas: “todas las familias, desde que entran, se les da un correo personal del colegio. Tenemos la suite de Google for Education, y estamos metidos con Drive, Gmail, y eso nos facilitó mucho las cosas”.
¿Y qué pasa con aquellas familias que no están tan acostumbradas a utilizar el ordenador como una herramienta de aprendizaje en el día a día? El profesor sostiene que “tenemos familias de todo. Familias que lo tienen fácil y otras familias que lo están llevando un poquito peor, porque a lo mejor los padres sólo tienen el móvil, no tienen WiFi en casa. Pero, en líneas generales, muy bien. Todos los padres están agradeciendo nuestro trabajo, lo llevan todo el día”.
“La mayor dificultad, a título personal, ha sido explicar la clase sin tenerlos delante. No tener ese feedback. No los estoy viendo, no veo sus caras. Muchas veces, cuando explicas algo muy nuevo, ves sus caras y ves si te entienden o no. Y aquí no. Aquí yo grabo un vídeo, y yo no sé si ellos lo están entendiendo bien o no. Por eso es importante tener ese feedback”, resume Taverner.
“Yo volvería a clases ya mismo, porque esto está siendo complicado y, vamos, los echo mucho de menos”
En cuanto a las preocupaciones que guardan, a estas alturas en las la mayoría de los actores se han acostumbrado a las nuevas metodologías, el educador sostiene que son “aquellos que tienen más dificultades, niños que aún no han adquirido perfectamente le lectoescritura”.
“Yo volvería a clases ya mismo, porque esto está siendo complicado y, vamos, los echo mucho de menos”, se sincera Taverner, quien admite además que no sabe cuándo podrá reencontrarse con sus alumnos, aunque guarda la esperanza de que sea lo antes posible.